Este jueves 31 de octubre, estudiantes de universidades públicas y privadas realizarán una nueva jornada nacional de movilizaciones en todo el país. Bajo la consigna #LaNochedelasMáscaras, los estudiantes saldrán a las calles en rechazo a los ataques por parte del Esmad y la corrupción al interior de universidades como la Distrital.
De acuerdo con Valentina Ávila, una de las líderes de la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (Unees), son tres las razones por las que los estudiantes saldrán nuevamente a marchar.
«En primer lugar no hemos tenido respuestas efectivas por parte de las entidades que deberían estar haciendo un control fiscal a los recursos que ingresan a las universidades públicas. No sabemos cómo se adelanta la investigación del caso de corrupción de la Universidad Distrital», manifestó.
Indicó igualmente que Wilmer Muñoz anunció que tenía conocimiento de responsables políticos, entidades de Gobierno a nivel nacional y distrital que estarían implicados en el escándalo de corrupción que lo rodea.
«El movimiento estudiantil no va a descansar hasta que se conozca el último nombre de cada uno de los responsables políticos y particularmente de los concejales de Bogotá que están implicados», manifestó Ávila.
Otra de las razones por las que los estudiantes volverán a las calles «es por la arremetida que ha tenido la fuerza pública en diversas universidades a nivel nacional»: «Queremos exigir la renuncia de Carlos Javier Prasca Muñoz, rector de la Universidad del Atlántico, quién permitió el ingreso de la fuerza pública violando la autonomía universitaria», señaló.
Finalmente, señaló: «se tiene un registro de por lo menos 15 ojos que hemos perdido como movimiento estudiantil por el uso desproporcionado de la fuerza. Por ende, no vamos a descansar en nuestra exigencia por el desmonte del Esmad. Queremos exigir que las intervenciones que se le dan a la protesta en Colombia se den en estricto respeto a los derechos humanos y de los protocolos internacionales».
Se espera que este jueves salgan marchar, en todo el país, las universidades públicas y privadas, así como instituciones técnicas y tecnológicas: «Particularmente quiénes más nos hemos visto afectados por el uso desproporcionado de la fuerza y por la negligencia del Estado, de las entidades de control que no han hecho una veeduría efectiva de los recursos que entran por transferencias de la nación a las universidades», dijo Ávila.
