Iván Duque y Gustavo Petro, ganadores de las consultas interpartidistas a la Presidencia

Colombia camina hacia unas elecciones presidenciales marcadas por el choque ideológico entre el uribismo y la izquierda. Las consultas interpartidistas celebradas este domingo, durante los comicios legislativos, para decidir los candidatos a sustituir a Juan Manuel Santos el próximo 27 de mayo han supuesto una holgada victoria de los dos aspirantes que desde hace semanas lideran todas las encuestas. Por un lado, Iván Duque, senador del Centro Democrático, la formación conservadora fundada por el expresidente Álvaro Uribe en 2013. Por otro, Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá impulsado por un discurso antiestablishment.

Con más del 80% de las papeletas escrutadas, Duque se impone con más de 3,3 millones de votos y casi el 68% de los apoyos frente a la exministra Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez. Será el candidato de la alianza fraguada entre Uribe y el también exmandatario Andrés Pastrana. El margen logrado por Petro ante su adversario, el exalcalde de Santa Marta Carlos Caicedo, es todavía mayor, con un respaldo que ronda el 85% y los 2,4 millones de votos.

Los dos se medirán en las presidenciales con el exregidor de Medellín Sergio Fajardo, el antiguo número dos de Santos Germán Vargas Lleras o Humberto de la Calle, que encabezó las negociaciones con las FARC en La Habana. Las candidaturas de estos dirigentes ya estaban formalizadas y no tuvieron que pasar por una consulta interna.

Duque y Petro, con planteamientos antitéticos, representan el clima de polarización en el que algo más de 36 millones de colombianos estaban llamados a votar. El primero, que trabajó como consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, considera que Colombia debe hacer frente a la prioridad de la recuperación económica. No es partidario de «hacer trizas» el pacto con la antigua guerrilla -que ha entrado en el Congreso con 10 escaños- como defendía en cambio el sector más duro del Centro Democrático, aunque sí modificaciones importantes. Ramírez afirmó que no se siente perdedora e invitó a todos sus seguidores a “trabajar de la mano de Iván Duque”.

Petro se ha beneficiado hasta ahora de la confrontación con Uribe y la maquinaria tradicional. Su proyección se debe en buena medida al hartazgo de amplios sectores de la sociedad con las clases políticas tradicionales, los casos de corrupción, la desigualdad y las reglas de juego del sistema económico. El candidato de Colombia Humana ha canalizado un descontento que va más allá de las discrepancias en torno a los acuerdos con la guerrilla, uno de los factores que ha dominado la política colombiana en los últimos años.

La confrontación entre estas posiciones ha eclipsado en parte las expectativas sobre los resultados de las legislativas. Ese choque quedará reflejado de alguna manera en el reparto del Senado y de la Cámara de Representantes, pero hay matices. En primer lugar, porque la candidatura de Petro a la presidencia se fundamenta en su figura. Por tanto, la llamada Lista de la Decencia que promueve para estos comicios no tendrá, ni de lejos, el empuje que le atribuyen las encuestas en la carrera para sustituir al actual mandatario.

El Centro Democrático, en cambio, será según las encuestas la fuerza con más representación, seguido del Partido Conservador. Los datos de un estudio de opinión de la firma Cifras y Conceptos difundido la semana pasada por Caracol Radio indican, además, que Cambio Radical, de Germán Vargas Lleras, resultará decisivo para posibles alianzas, así como el Partido de la U, que desde 2010 sostiene la coalición de Gobierno del presidente. Los liberales aparecen en último lugar en el bloque de las principales fuerzas. Sergio Fajardo, otro de los candidatos a la presidencia con posibilidades, no ha tenido en las últimas semanas una presencia clara vinculada a su figura en estas elecciones legislativas, aunque el voto a los progresistas del Polo Democrático y a la Alianza Verde ayudará a medir sus apoyos.