Los superpoderosos de Córdoba

A diferencia de otros mandatarios, en la Alcaldía no comparten poder con casi ningún otro grupo político y le han dado gran parte de la contratación a personas con vasos comunicantes con el Alcalde, como lo revelamos.

De hecho, el gran megacontratista de Montería es la empresa Don Aseo (ganó 19 mil millones de pesos por cuatro contratos en cuatro años), de la cual es propietaria Zoraida Kerguelén, quien es familiar de Natalia Ariza, la esposa del mandatario.

Los García Burgos también tienen influencia en la Contraloría de Montería (la contralora es Angélica Guerra García, quien fue prestadora de servicios en la primera Administración de Pineda e hizo parte de su equipo publicitario en las elecciones regionales de 2015) y manejan la Alcaldía de Planeta Rica.

Para estas elecciones se aliaron con el uribismo, que aspira a poner al próximo gobernador, así: los García Burgos van con el exsecretario de Gobierno Salin Ghisays a la Alcaldía y el Centro Democrático con Carlos Gómez a la Gobernación.

Actualmente, Marcos Daniel Pineda está en juicio por presuntos actos de corrupción en la rehabilitación del coliseo Miguel ‘Happy’ Lora.

Los Musas o los Musitas le han dicho desde siempre al grupo que lidera el detenido exsenador de la mermelada santista, Musa Besaile. Hoy, a pesar de los líos de ese excongresista, quien aceptó haber pagado una coima para que le pararan un proceso por parapolítica, ellos siguen mandando en Córdoba.

Siguen teniendo gran influencia en la Gobernación (en la que pusieron hace cuatro años al hermano de Musa, Edwin Besaile, actualmente destituido en un caso de desfalco a la salud de los cordobeses), injerencia en cinco alcaldías, representación en entidades territoriales, una curul en el Senado (en cabeza de Johnny Besaile, otro hermano) y en un aliado en la Cámara (Erasmo Zuleta Bechara, del clan Bechara).

Su poder en la Gobernación lo ejercen puntualmente a través de César Otero (investigado por presunta falsificación de documentos en el desfalco de los recursos de regalías de Córdoba), quien es el secretario de Gestión Administrativa de la Gobernación como cuota Besaile.

Gracias a un decreto (el 0520 de 2018) que firmó la gobernadora encargada Sandra Devia en noviembre pasado, Otero desde su cargo tiene la competencia para adelantar todos los actos de contratación de 14 secretarías o dependencias de la Gobernación (aunque en mayo de este año la misma mandataria le redujo esa competencia a cinco entidades).

La confianza de la gobernadora Devia con César Otero es tal que esta semana, cuando se ausentó del cargo para ejercer gestiones fuera del departamento, lo dejó de Gobernador encargado para las funciones de orden público.

Según nos confirmó una fuente cercana al grupo, los Musas además tienen influencia en las alcaldías de Valencia, San José de Uré, Pueblo Nuevo, Ciénaga de Oro y Los Córdobas.

Mantienen representación en la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y el San Jorge (CVS) y la Agencia de Desarrollo Rural Córdoba.

Como hemos contado, para estas elecciones van separados del grupo de su antiguo aliado, el exsenador Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, tanto en su natal Sahagún como en la Gobernación, en la que aspiran a seguir mandando y apoyan al candidato liberal Orlando Benítez.

El expresidente y senador es una de las figuras más apreciadas y populares en Córdoba. Aunque por ahora no tiene mucho poder a nivel local, allí cuenta con el poder de la influencia en la dirigencia política y sus amigos ganaderos a los que les tira línea.

Eso suele suceder en concreto en su famosa finca: el Ubérrimo, por donde pasan personajes importantes de Córdoba y del país a escucharlo y, a veces, hasta a pedirle su bendición o aprobación para lanzarse a algún cargo.

Como hemos contado, en el 2014, cuando corría la mermelada de la reelección santista, el entonces presidente Santos no solo quiso derrotar al uribismo en Córdoba sino humillarlo porque ese departamento es cercano al corazón de Uribe. En su momento una alta fuente del Gobierno nos dijo que “Santos se obsesionó con quitarle Córdoba a Uribe”.

Y aunque, efectivamente el uribismo hoy no evidencia tener mucha fuerza electoral en el departamento (Duque perdió en primera vuelta con Petro y en las legislativas fueron el partido de menor votación entre los grandes), ahora que regresaron a la Presidencia para estas elecciones pintan fuertes con candidato propio a la Gobernación.

Ese candidato se llama Carlos Gómez y lo llevan en asocio con los grupos del Ñoño Elías, la exsenadora investigada por parapolítica Zulema Jattin, el recientemente fallecido parapolítico Pedro Pestana y el alcalde Marcos Daniel Pineda.

En el departamento, las dos cabezas del uribismo son la senadora Ruby Chagüi y la directora nacional del Centro Democrático María Teresa Haddad, quien es del departamento.

Ruby Chagüi tiene grupo propio y su papá Elber Chagüi es el alcalde de Cereté (el cuarto municipio con más población de Córdoba). Por su parte, María Teresa Haddad es reconocida por su trabajo en el sector empresarial.

En los últimos años, David Barguil pasó de representante del grupo de los García Burgos a separarse de ellos y lograr ser el año pasado el senador más votado de su partido en el país -por encima incluso de barones como el atlanticense Efraín ‘Fincho’ Cepeda- y el quinto de todo el Senado.

Tres circunstancias han sido clave para ese aumento de poder, que se refleja no sólo en lo nacional sino también a nivel Córdoba.

Primero, la mezcla efectiva que logró entre estructura política tradicional y voto de opinión (es uno de los pocos políticos de Córdoba que mueve opinión); el retiro del cacique godo del Atlántico Roberto Gerlein; y tercero los escándalos judiciales que sacaron de competencia el año pasado de legislativas a rivales locales suyos, como el Ñoño Elías.

Según nos contó una persona de su grupo, Barguil es cercano al personero de Montería Jorge Galofre. A su vez, la esposa de Galofre, Ana Carolina Sánchez, es la directora de la Defensoría del Pueblo de Córdoba.

Para estas regionales, por primera vez va con candidato propio a la Alcaldía de Montería: Carlos Ordosgoitia, con quien disputará a sus otrora aliados los García Burgos ese importante puesto.

Con Ordosgoitia, Barguil ya venció a los García Burgos en la puja por el aval conservador, pues ambas casas militan en ese partido, pero fue la de Barguil la que logró quedarse con ese apoyo para su carta, vía una ayuda del senador barranquillero Efraín ‘Fincho’ Cepeda.

También, muchos de los líderes conservadores de Córdoba, cercanos a Marcos Daniel y su madre Nora García Burgos, se han ido con Barguil y Ordosgoitia. El caso más significativo es el del exalcalde Carlos Eduardo Correa (procesado en el mismo caso del Alcalde), quien ahora es jefe de debate de la campaña de Carlos Ordosgoitia.

Al candidato de Barguil lo apoyan también el liberalismo (los grupos del senador Fabio Amín y el del parapolítico Juan Manuel ‘Juancho’ López), el exrepresentante Eduardo José ‘Joche’ Tous, el representante de La U Erasmo Zuleta y el grupo del detenido exsenador Musa Besaile.

Para Gobernación, ese Senador le está apostando a la candidatura del liberal Orlando Benítez.

Lastimosamente son un superpoder en Córdoba porque tienen la capacidad de sembrar el terror y estar afectando gravemente los derechos humanos de la población, especialmente la del sur del departamento, como lo hemos contado en detalle en varias oportunidades.

Puntualmente hablamos del Clan del Golfo, de su disidencia los Caparrapos y de otras disidencias de las antiguas Farc, involucrados en una guerra por el control del territorio y el negocio del narcotráfico, en la que también han tomado parte supuestamente carteles mexicanos, como también lo hemos contado.

Ese conflicto, que arreció tras la salida de las Farc como guerrilla del escenario de la guerra en el Nudo de Paramillo, y también con el nacimiento de la disidencia de los Caparrapos, ha generado 2.645 desplazados en lo que va del año, según cifras de la Unidad de Víctimas a corte del 12 de junio.

Córdoba fue el departamento del Caribe en el que más líderes sociales asesinaron el año pasado.

El departamento tiene la particularidad de que es el único de la región por el que pasa toda la cadena del narcotráfico: desde la siembra y producción hasta la exportación por las costas.

El Clan del Golfo además de matar y desplazar, tiene extorsionada a gran parte de la población, incluyendo alcaldías y contratistas, como también lo hemos contado.

La familia Bechara es dueña de la Universidad del Sinú, la más grande de Montería, que tiene alrededor de nueve mil estudiantes y sedes en Cartagena y en Bogotá. Su patriarca, Elías Bechara Zainúm, fue fundador de las dos universidades de Córdoba y de los tres primeros colegios públicos de la ciudad.

Además, los Bechara son dueños del Hotel Sinú y de varios lotes de engorde.

Sobre todo ese capital social y económico, han cimentado en parte un poder político que los ha llevado a ser grandes contratistas y aliados de Musa Besaile.

Su aspecto de contratistas lo evidencia el caso de su líder, Mara Bechara, exrectora de la Universidad del Sinú, quien enfrenta un juicio por delitos relacionados con presuntas irregularidades en unos convenios que firmó esa institución durante la Gobernación del delincuente Alejandro Lyons, pues éstos se pagaron con plata de regalías y al parecer nunca se terminaron de ejecutar.

Con los Musas, hicieron fórmula a la Cámara hace cinco años (con el exrepresentante Raymundo Méndez Bechara, sobrino de Mara) y en 2018 nuevamente con el actual congresista Erasmo Zuleta Bechara, hijo de Mara Bechara.

Según coincidieron tres fuentes que conocen la movida política local, los Bechara tienen representación en la Oficina del Trabajo Córdoba porque el director Fabio Martínez fue jefe del programa de Derecho de la Universidad del Sinú.

En un caso similar al de David Barguil, en las legislativas pasadas el entonces representante liberal Fabio Amín alzó el vuelo de sus antiguos socios políticos (la casa del parapolítico liberal Juan Manuel ‘Juancho’ López Cabrales) para armar un grupo propio y llegar al Senado.

No sólo llegó él, sino también su fórmula a la Cámara: el representante rojo Andrés Calle; y además su exaliado Juancho López perdió la curul que tenía en Senado con su esposa, la exsenadora Arleth Casado.

Es decir, Amín se convirtió en el jefe del liberalismo cordobés.

Su grupo tiene injerencia en la Alcaldía de Moñitos y en la de Montelíbano, donde el papá de Andrés Calle, Gabriel Calle, fue alcalde y se encuentra investigado por corrupción.

Hasta hace unos días tuvieron en la Secretaría de Tránsito de Córdoba a Juan Carlos Gari, cuñado de Fabio Amín, pero él renunció para apoyar la candidatura del uribista Carlos Gómez.

Para estas elecciones van con el diputado liberal Orlando Benítez a la Gobernación.

El grupo que fundó y ha liderado el corrupto exgobernador Alejandro Lyons, y cuya cara visible es la representante de La U Sara Piedrahita Lyons (prima de Lyons y quien pisó el Congreso en 2014 gracias a la maquinaria que le movió su primo) también está en este ranking porque sigue con poder, pese al desprestigio.

El año pasado, Piedrahita Lyons se reeligió en el Congreso con el apoyo de los grupos de varios alcaldes que su primo había ayudado a llegar y de algunos alfiles reconocidos del primer círculo del exgobernador en Córdoba.

Además, y como lo contamos, uno de los testigos en el caso del robo a Córdoba, el abogado Leonardo Pinilla alias ‘Porcino’, declaró que la plata del desfalco a la salud de los cordobeses fue a parar, entre otras, a la campaña de Sara Piedrahita, asunto por el que la Fiscalía dijo que iba a indagar.

Los Lyons hoy tienen mandatarios aliados en las alcaldías de Tierralta, Puerto Libertador, Chinú, Ayapel, Cereté, La Apartada y Cotorra.

Según nos dijo un persona cercana a la Alcaldía, los Lyons tienen representación en la Secretaría de Salud. Y como hemos contado, la secretaria de Hacienda Karina Otero llegó al cargo como cuota de Lyons.

Para estas regionales, quieren seguir arañando poder apostando con Salin Ghisays en la Alcaldía de Montería y con Carlos Gómez en la Gobernación de Córdoba.

La exsenadora de La U investigada por parapolítica mantiene poder en el departamento porque cuenta con un representante, conserva su fortín político en su natal Lorica y tiene representación en la Gobernación.

En las pasadas legislativas, su grupo logró poner al representante de su cuerda Jorge Enrique ‘el Titi’ Burgos con 60.253 votos, la tercera votación entre los cinco representantes de Córdoba.

En Lorica, el segundo municipio más importante electoralmente de Córdoba, tiene a su prima hermana, Nancy ‘la Chofy’ Jattin, de alcaldesa. Y también tiene injerencia en las alcaldías de San Bernardo del Viento y San Antero.

Mientras, en la Gobernación cuenta con representación en la Secretaría de Educación y en Indeportes, según nos confirmó una persona cercana a su grupo.

Es el dueño del Grupo de Comunicaciones El Meridiano, casa editorial de El Meridiano de Córdoba, el periódico del departamento, que es un superpoder por su influencia capaz de poner agenda.

Salleg es descrito en Montería como una persona que direcciona e influye mucho en el cubrimiento político según sus amistades.

Como hemos contado, su periódico hizo un cubrimiento favorable de la Alcaldía del conservador Carlos Correa, quien es yerno de Salleg.

Como también contamos, en 2015 el Tribunal de Justicia y Paz de Medellín ordenó compulsar copias a la Fiscalía para que investigue a Salleg por sus presuntos vínculos con el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso. Ese mismo año, el Tribunal cuestionó el trabajo hecho por este medio durante los tiempos del paramilitarismo porque lo acusó de servir “como instrumento para propagar el ideario de los grupos paramilitares, justificar el fenómeno, lo que lo hace responsable ante la Ley”.

TOMADO DE LA SILLA VACÍA