Las FARC dijeron «adiós» a las armas

La paz no se alcanza «ni con plomo ni con plata», dijo una vez el escritor colombiano Gabriel García Márquez. Colombia trata de cumplir la mitad de la premisa.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) viven sus últimos días como movimiento armado. El arsenal que acumularon durante más de medio siglo de lucha en el monte ha sido entregado a una comisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en un proceso que inició a mediado de este mes. Para el presidente Juan Manuel Santos, el hecho marca una escisión en la historia del único país suramericano que estaba en guerra: «la paz es cambiar las balas por los votos, las armas por los argumentos, la violencia por la democracia», dijo hoy en Francia.

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Se estima que 7.000 hombres y mujeres pertenecientes a ese grupo insurgente -que se encuentran reunidos en las Zonas Veredales dipuestas por el acuerdo de paz- entreguen la totalidad de las armas y den la ubicación de las «caletas», nombre con el que se denominan los escondites de arsenal y que, según las FARC, son 949.