Carlos Alberto Martínez Alvis vive en el barrio Cantaclaro, sector La Represa, en el sur de Montería. Está casado y es padre de dos hijas y durante toda su vida tuvo el anhelo de conocer a su madre biológica. Gracias a la Policía Nacional, a través del grupo de Prevención y Educación Ciudadana (PRECI) del Departamento de Córdoba, y al periódico El Propio de esta ciudad, empezó la búsqueda.
¡Sahagún de la gente y para la gente!
Carlos fue adoptado desde los cinco años de edad por Nacira Isabel Alvis, su abuela paterna (fallecida), cuando vivían en el municipio de Chinú, Córdoba. Ella le reveló a Carlos Alberto que Genara Isabel Beltrán Basilio (hoy tiene 61 años), su mamá, se lo entregó porque no podía tenerlo debido a su situación económica, además de que era solo una menor de 16 años.
El joven quiso conocer el paradero de la mujer que le dio la vida y decidió contar su historia al mencionado periódico.
“Por fin voy a conocer a mi madre, quiero ver el rostro de la persona que me trajo a este mundo y darle las gracias por eso, no tengo palabras”, expresó Carlos minutos antes de cumplir su sueño.
Luego de varios intentos fallidos para que Carlos y Genara se conocieran, por fin el día sábado 7 de septiembre se encontraron. El hombre que buscó a su madre fue llevado por los uniformados desde Montería hasta la Estación de Policía del municipio de Puerto libertador donde los esperaba su progenitora.
Cuando Carlos bajó del vehículo, algunos vecinos creyeron que se trataba de algún detenido. Al verse, madre e hijo se fundieron en un abrazo. La pequeña figura de Genara Isabel, quien es cristiana, se aferró al hijo que creyó muerto toda la vida. Carlos tuvo que inclinarse para corresponderle al afecto que en ese instante le entregaba su madre.
Fue un abrazo eterno, intenso con lágrimas y dolor, pero a la vez con alegría. Luego, agarrados de la mano como dos novios, recorrieron las instalaciones de la Estación Policial. Al final, Genara y Carlos le agradecieron a la Policía Nacional por facilitar que se conocieran. Después de conversar un rato, madre e hijo acordaron otro reencuentro familiar.
