El hijo mayor del expresidente se unió a un comité estratégico del Centro Democrático para definir qué hará el partido de cara a las próximas elecciones.
El grupo que conformó el uribismo planificará qué hará el partido para no perder la influencia política que indiscutiblemente le generaba la presencia de Álvaro Uribe en el Congreso.
En dos años el país tendrá nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales, y ante la situación jurídica que vive el jefe natural del partido, el Centro Democrático trabajará en la estrategia que seguirán camino a estas, indicó RCN Radio.
Por eso, entre las labores de Tomás Uribe Moreno, de 39 años, para aportar a esa ‘hoja de ruta’ es enfrentar el vacío que deja su papá en el Capitolio, además de “manejar las relaciones con el Gobierno y coordinar las acciones de defensa del exmandatario”, añadió El Tiempo.
Dicho comité estará integrado también por Óscar Iván Zuluaga, los senadores Gabriel Velasco y Ernesto Macías, el representante Edwin Ballesteros, y la directora del partido Nubia Stella Martínez, con la asesoría de Hernán Cadavid, detallaron los medios.
El diario destacó que esto podría ser una señal de que el expresidente está pensando entregarle las riendas del partido a su hijo, que ha tomado protagonismo en las últimas semanas desde que se conoció la medida de aseguramiento y ahora la renuncia del hoy exsenador. Sin embargo, dice el medio, se desconoce si Uribe Moreno tenga influencia o poder en la colectividad y hasta dónde pueda mover los hilos de la política como lo ha hecho su padre.
Por su parte, El Espectador apunta que la presencia de Uribe Moreno no significa que tenga participación directa como político, pero es algo que no se descarta de cara a los comicios, pues este trabajo que comienza hoy “le ayudaría a endosar votos a su nombre”. El medio destacó que el hijo del expresidente es ingeniero químico de profesión pero se ha dedicado a trabajar “en el sector industrial y ganadero” junto a su hermano Jerónimo Uribe.
Mientras tanto, Sergio Araújo, miembro del Centro Democrático, le dijo a Semana que “Tomás Uribe es un gallo fino garantizado” y por eso “se le ha puesto el reto de participar en lo que él llamó la liberación de su padre y la reivindicación de su nombre y apellido, a sabiendas de que él tiene todas las condiciones para hacerlo, como consecuencia de la coyuntura, no porque él lo haya buscado”.
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