El Papa Francisco manifestó este lunes su preocupación por la disminución de fieles en las iglesias y urgió a la Iglesia a salir al encuentro de aquellos que se han alejado. Durante una audiencia con miembros de la organización española Mensajeros de la Paz, del padre Ángel García Rodríguez, el Pontífice subrayó la necesidad de una Iglesia activa y cercana a las personas. “A la Iglesia viene poca gente. Tenemos que ir nosotros a buscarla”, afirmó, instando a los sacerdotes a reflexionar sobre la cantidad de personas que asisten a misa en relación con la población total de sus comunidades.
En su discurso, Francisco compartió una anécdota para ilustrar su mensaje. Contó que, cuando pregunta a los sacerdotes sobre la cantidad de personas que asisten a misa, muchas veces percibe que hay un desfase entre la población y el número de fieles. “Me da mucha pena cuando le preguntas a un cura: ‘¿Qué tal la parroquia? ¿Cuánta gente en total viene los domingos?’ ‘Calculamos 1.000, 1.200’. ‘Ah, qué lindo’. ‘Y tu barrio, ¿cuánta gente tiene?’ Y ahí titubea antes de decir: 200.000, 250.000”, relató, resaltando la urgencia de un acercamiento más proactivo por parte de la Iglesia.
El Papa también abordó el tema de los migrantes, a quienes definió como “los hijos que no queremos tener”. En una sociedad donde, según Francisco, se privilegia a las mascotas por encima de la familia, los migrantes juegan un papel fundamental. “Demos gracias que vienen los migrantes porque el nivel de edad de los locales es un poquito escandaloso”, expresó el Papa, refiriéndose a la baja natalidad en algunos países, especialmente en Europa. Según Francisco, los migrantes ayudan a equilibrar las poblaciones envejecidas y aportar una nueva vitalidad a las comunidades.
