En medio de la presentación de pruebas por parte de la Fiscalía General de la Nación, a través de la investigadora del CTI Luz Mireya López Rodríguez, se filtró un video pornográfico. Aunque el incidente provocó risas entre algunos asistentes, también generó momentos de incomodidad.
El juicio, que tenía como objetivo la revisión de pruebas relacionadas con el caso, avanzaba con la exposición de documentos clave a cargo de Luz Mireya López, investigadora del CTI, cuando ocurrió el incidente.
La sesión se centraba en la presentación de chats, fotografías y audios vinculados a figuras clave como Juan José Salazar y Carlos Enrique Vélez. Sin embargo, la audiencia tomó un giro inesperado cuando en la pantalla apareció un video ajeno al caso.
El primer video proyectado sorprendió a todos en la sala: un hombre de baja estatura bailando al ritmo de El Aventurero, popular canción del artista Yeison Jiménez. La inusual escena desató risas nerviosas entre los asistentes, incluidos fiscales, abogados y el propio expresidente Uribe.
Intentando corregir el error, la jueza intervino de inmediato. “Doctora, ese no”, se escuchó decir con tono serio, mientras López, visiblemente desconcertada, respondía: “Gracias, su señoría, qué pena, es que queríamos mostrar todo lo que mandó el doctor Cadena y no proveímos que una cuestión era eso, por favor, siguiente”.
Cuando parecía que la situación estaba bajo control, un segundo video se proyectó por error. En esta ocasión, el contenido resultó ser aún más inapropiado: un clip de carácter explícito proveniente de la plataforma PornHub.
El silencio en la sala fue absoluto por unos segundos, seguido de expresiones de asombro y gestos de incomodidad por parte de jueces, abogados y testigos.
Reacciones
López, intentando mantener la compostura, pidió rápidamente avanzar en la presentación de las pruebas relevantes: “Por favor, el siguiente”, dijo con notoria incomodidad.
El incidente, aunque anecdótico, generó dudas sobre la organización y el manejo de la evidencia en un juicio de tal magnitud. La jueza, buscando retomar la formalidad del proceso, ordenó continuar con la exposición de pruebas sin más interrupciones.
El episodio no tardó en viralizarse en redes sociales, donde algunos usuarios lo tomaron con humor, mientras otros criticaron la falta de rigor en el manejo del material probatorio.
A pesar del inesperado momento, el juicio continuó con la revisión de mensajes de WhatsApp clave para la investigación, en un caso que sigue siendo uno de los más relevantes en la historia judicial y política de Colombia.
