Cortesía: Noticias Caracol
Familiares y protegidos de políticos involucrados en este caso de corrupción hacen campaña política. ¿Quiénes son y a qué aspiran?
Con el paso de los días las campañas políticas para elegir el nuevo Congreso están más calientes que nunca y en la costa norte, la propaganda electoral se vive con más fuerza. En Córdoba, la ‘ñoñomanía’ cabalga por las calles.
Pero como los caballos, el poder de ‘noños’ y ‘musas’ tiene un rabo bien largo.
El escándalo de Odebrecht, la multinacional brasileña que ofreció millonarias coimas para obtener contratos, tiene en la cárcel a tres congresistas de la costa, entre ellos dos de los más influyentes barones electorales en este departamento.
Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, habla de los herederos de Odebrecht.
“Bernardo el ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile. El primero, el ‘Ñoño’ Elías, lanza a su hermano Julio Elías Vidal a la Cámara de Representantes por el Partido de La U y a su socio político histórico José Tous al Senado de la República. Musa Besaile lanza a su hermano Johny Besaile al Senado y lanza a la cámara a Erasmo Zuleta”, dice el analista.
En el Atlántico, Laura Fortich es heredera de la maquinaria de Álvaro Ahston, hoy preso por presuntos vínculos con paramilitares. Ella aspira a llegar al Senado por el Partido Liberal.
Pero no es la única.
Arleth Casado, quien aspira a reelegirse en el Senado por el Partido Liberal también está salpicada por este escándalo.
Si bien es cierto que estos herederos no tienen líos con la justicia y su único pecado es ser los protegidos de políticos cuestionados, los analistas piensan que serán elegidos con los votos de estos barones electorales. Así no se espera una renovación a fondo el próximo Congreso.
La politóloga Elisabeth Ungar critica a los partidos por estos avales. “No es aceptable que los partidos sigan avalando candidatos, familiares de candidatos no solamente cuestionados sino muchos de ellos que están en la cárcel”, dice.
Como un ‘buldócer’ denominó la Fiscalía a otro grupo de congresistas salpicados por este escándalo, entre ellos hay algunos que buscan reelegirse.
Ellos son Armando Benedetti, Álvaro Ashton del Partido Liberal, quien está preso; Antonio Guerra de Cambio Radical, Sandra Villadiego del Partido de La U y el conservador Ciro Rodríguez. En su momento algunos de ellos reaccionaron.
“Todos los que están presos por Odebrecht son por los testimonios de Otto Bula, y Bula dijo que Armando Benedetti no tenía nada que ver”, señaló Benedetti.
«Nosotros con mis abogados estamos en la defensa de demostrar que no hubo participación en ninguno de los hechos de los cuales se me sindica», dijo por su parte Antonio Guerra de la Espriella.
Según la Fiscalía, estos parlamentarios favorecieron a la polémica firma brasileña Odebrecht para que firmara un contrato de blindaje o estabilidad jurídica el 31 de diciembre del 2012, y que no se modificara la contratación del tramo dos de la Ruta del Sol a cambio de dos millones de dólares, unos seis mil millones de pesos.
La ruta de los herederos también llega a Boyacá. Allí, David Castillo está, según la Fundación Paz y Reconciliación, bajo el paraguas de Juan Carlos Granados, contralor de Bogotá y excongresista por Cambio Radical.
Juan Carlos Granados aspira a construir un imperio político en Boyacá y su ficha clave es David Castillo.
Elisabeth Ungar no es optimista sobre el nuevo Congreso.
“Creo que puede haber renovación de personas, pero en el fondo el grueso de la composición del Congreso va a seguir siendo el mismo en términos del origen de las prácticas”, dijo la experta.
El tiempo y los electores dirán si el próximo Congreso sigue bajo el poder de las maquinarias o si los colombianos demuestran en las urnas su veto a la corrupción.