El pasado viernes, 9 de agosto de 2024, se reportó una grave situación en San José del Guaviare cuando tropas del Comando Específico del Oriente, que estaban realizando labores de control en el marco del Plan de Campaña Estratégico Conjunto Ayacucho – Tiempo 2, fueron interceptadas por un grupo de personas en las veredas de Chuapal y Bocas de Caño Cafra.
Estos individuos, presuntamente vinculados a las guardias campesinas locales, han exigido la presencia del alcalde del municipio, así como de delegados de la MAPP OEA, la ONU, la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la Nación como condición para liberar a un grupo de soldados que actualmente se encuentran secuestrados.
Secuestro de Soldados y Demandas de las Comunidades
La situación ha generado una creciente preocupación en las autoridades, que han decidido poner este incidente en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación para que se tomen las acciones judiciales necesarias.
El conflicto se desencadenó en un contexto de amenazas y extorsiones provenientes de Alexis Guerra, alias «Cancharino», quien pertenece a la estructura criminal Jorge Suárez Briceño. Este individuo había emitido panfletos que obligaban a los comerciantes del sur del Meta y San José del Guaviare a cerrar sus negocios durante el período del 22 al 26 de julio del presente año.
Operativos Militares y Medidas de Seguridad
Las tropas del Comando Específico del Oriente habían sido desplegadas en respuesta a las amenazas de extorsión que estaban afectando a la economía local. En cumplimiento de su misión constitucional, las fuerzas militares establecieron puntos de control y realizaron patrullajes perimétricos en las veredas de Chuapal, Bocas de Caño Cafra, Charcón, Puerto Nuevo y Alto Cachicamo, con el objetivo de garantizar la estabilidad en la región y mitigar los efectos de la extorsión.
La Fuerza de Tarea Conjunta Omega ha demandado la liberación inmediata de los soldados secuestrados, subrayando que su labor es crucial para la seguridad y el bienestar de las comunidades locales. La situación resalta la compleja relación entre las fuerzas del orden y las comunidades afectadas por la violencia y el crimen organizado, y subraya la importancia de una resolución pronta y efectiva para asegurar la integridad de los soldados y restaurar la tranquilidad en la región.
