En Colombia los fenómenos religiosos son populares en su gran mayoría. Gran parte de los mitos surgen como resultado de las interacciones de la gente. No son cuestiones doctrinarias o aceptadas por la Iglesia.
Daniela Díaz Castellar, investigadora de la sociología de la religión de la Universidad Javeriana, explica el origen de los mitos salen a relucir en Semana Santa.
– Lo que no se acepta socialmente se enmascara en cosas que son sagradas para las personas, como es la religión, agrega.
En Semana Santa se conjugan dos cosas que son sensibles para los imaginarios colectivos: El sexo y la religión. Según la creencia popular, Dios castiga a las parejas que tienen relaciones sexuales durante la semana mayor.
Líderes de tres creencias diferentes, explicaron al Portal KienyKe.com que esa afirmación está alejada de la realidad.
¿Es pecado el sexo en Semana Santa?
Para el padre jesuita Francisco de Roux, esta semana es de recogimiento, reflexión y comunicación con Dios. “Por lo tanto debemos abandonar toda preocupación y toda necesidad de satisfacernos a nosotros mismos, es lo que hizo Jesús, abandonar sus preocupaciones y no le importó morir por nosotros, por eso deberíamos abandonar el trago, el sexo, las fiestas. Debemos estar en silencio, en un ambiente de oración y que nada se oponga en nuestra relación de profundo respeto con Dios”.
Sin embargo, tener relaciones sexuales durante la Semana Mayor no es un pecado. Nadie se va a quemar ni estará condenado al infierno.
“Estaría mal dependiendo lo que el sexo signifique. Si se entiende como una manifestación de amor entre esposos no pasa nada, pero si alguien va a buscar una prostituta o tener relaciones con el primero que ve, es diferente”.
El religioso resume el tema en un ejemplo: “Usted no va a tener relaciones a un templo ¿verdad? No es que sea pecado, sino que no es el lugar. Lo mismo pasa en la Semana Santa, no es pecado, pero simplemente no es el momento”.
Algo parecido piensa el pastor cristiano evangélico Gustavo Casasblancas. Para su religión, el día sagrado es el Pésaj, festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. También recibe el nombre de ‘la Pascua Judía’.
Para Casasblancas tener relaciones sexuales en ese día no es pecado, sin embargo, tampoco es el momento. “Es como si usted se fuera de luna de miel y su esposo se la pasara orando, usted pensará ¿y este a qué vino? Lo mismo pasa en el Pésaj, es un día de oración, no es día para hacer otras cosas. Sin embargo, si tiene muchas ganas y no se puede aguantar y termina teniendo sexo, querrá en su consciencia, más no es un pecado mortal”.
Reitera que desde el punto de vista de la religión que profesa, las relaciones sexuales deben ser dentro del matrimonio. “Dios dice que ames a tu prójimo como a ti mismo, uno de esos es la esposa, además el matrimonio como sacramento incluye las relaciones sexuales. Por lo tanto, todos esos mitos son mentira, solo son posibles en la medida en la que uno los cree. Es que incluso la Biblia enseña a tener sexo, el ‘Cantar de los Cantares’, es prácticamente el kamazutra biblico de cómo hacer el amor”, concluye el pastor.
Leonardo Amado, integrante del colectivo Bogotá Atea, considera que esta clase de mitos que surgen en la Semana Santa carecen de sentido.
“Todas estas creencias populares son absurdas. Un matrimonio católico está en todo su derecho de tener relaciones sexuales, es un sacramento de la Iglesia. Además, por qué ha de ser el sexo un pecado ¿No se supone que fue Dios quien le dio la sexualidad a los hombres?”
Amado, quien fue seminarista hace muchos años, expresa que estas creencias se vuelven un problema serio cuando la Iglesia las convierte en un mecanismo de control “para demostrar cuánto poder tienen y pueden controlar los aspectos más íntimos de las personas, uno de ellos el aspecto sexual”.
Y reflexiona: “Hay cosas más importantes que el sexo de las cuáles preocuparse”.
KIEN Y KE.