El 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Orgasmo Femenino, una fecha cuyo origen se remonta a Esperantina, Brasil en 2006 cuando el concejal de ese pueblo José Arimateia Dantas Lacerda, impulsó una ley para defender el placer sexual en las mujeres, estudiarlo y abordarlo como una cuestión de salud pública.
El edil había accedido a una encuesta según la cual casi un tercio de las mujeres de Piauí, eran incapaces de llegar al orgasmo. Las redes sociales hicieron el resto y el 8 de agosto pasó a ser una fecha especial para visibilizar un tema al que los hijos del hierro se ocuparon de llevar a la categoría de tabú vergonzante.
No por casualidad recién en 1933 la pantalla de plata muestra por primera vez en un film comercial tres cosas que hasta entonces habían permanecido veladas o relegadas a la sordidez y marginalidad: el cuerpo desnudo de una mujer, la existencia de algo llamado clítoris y un orgasmo femenino. Tampoco fue casual que la encargada de hacerlo haya sido la increíble Hedy Lamarr una actriz de belleza inconcebible, nacida en Austria, exilada por los nazis y que además fue la ingeniera que desarrolló las tecnologías que hoy usamos para geolocalización y comunicaciones inalámbricas a larga distancia.