Murió la escritora cordobesa Soad Louis Lakah

Fue conocida como la Turquesa Morena, y en sus escritos plasmó la idiosincrasia del Caribe.

Permaneció internada en una clínica de Montería por infecciones respiratorias que finalmente le quitaron la vida este miércoles en la noche. Soad Louis Lakah, fue quizás la escritora, investigadora, gestora cultural y poeta más importante de los últimos 30 años en Córdoba.

Hija de inmigrantes árabes, la Turquesa Morena nació en el municipio de Ciénaga de Oro, el 23 de septiembre de 1952, y desde niña mostró su inclinación por las letras y la cultura.

En su glosario de escritos figuran libros como ‘La Lío y otras mujeres’, ‘Razones de peso’ y ‘Los Caprichos de Dios’.

Sin embargo, su obra más representativa fue ‘Los Inmigrantes Árabes en los Valles Del Sinú y San Jorge’, donde relata minuciosamente la llegada de varias familias que terminaron instalándose en tierras cordobesas.

También colaboró con contenidos editoriales en las revistas Puesto de Combate, Café Literario y Grupo El Túnel.

Su pluma también trascendió a los principales periódicos del país como EL TIEMPO, El Espectador, Vanguardia Liberal, El Universal, El Colombiano y El Meridiano de Córdoba.

Su labor en defensa de las manifestaciones culturales la llevaron a ocupar cargos en el sector público. Fue Directora del Instituto Departamental de Cultura, secretaria de Cultura de la Gobernación de Córdoba, presidenta de la Casa de la Cultura de ese departamento y miembro de la Academia de Historia de Córdoba.

El gremio de escritores y gestores culturales siempre defendió su labor en los cargos oficiales que ocupó, por cuanto dejó huellas en favor de la tradición cordobesa.
 Editó numerosos libros y discos compactos que recopilan la música tradicional como el porro y los cantos de vaquería, entre otras expresiones orales.

Pese al dolor que embarga a los amantes de la cultura en Córdoba, interesados en asistir a su sepelio, las exequias se cumplirán hoy con restricción y amparados en las medidas de bioseguridad exigidas para tal fin.

Gudilfredo Avendaño Méndez
Especial para EL TIEMPO