Al menos trece municipios de Córdoba fueron declarados en calamidad pública con un saldo de seis mil personas damnificadas, por las fuertes lluvias caídas en los últimos días. Entretanto, tres mil hectáreas de cultivo ya se encuentran bajo las aguas que empiezan a experimentar estancamiento y descomposición.
El director de la Oficina de Gestión de Riesgos de la Gobernación de Córdoba, Aldrin Pinedo Sánchez, dijo que la grave situación ha obligado a solicitar la ayuda del gobierno nacional para atender a los damnificados, muchos de ellos evacuados a albergues temporales.
“Por afectación de lluvias y vendavales, tenemos a La Apartada, Canalete, San José de Uré, Los Córdobas, Tuchín, San Pelayo, Montelíbano, Buenavista, Montería, Puerto Libertador, Ayapel, Lorica y Cotorra», mencionó Pinedo como las localidades con mayores daños por las inundaciones.
Dentro del plan de atención se contempla la entrega de kits de alimentos, brigadas de salud y censo de daños en cultivos y patios productivos.
Montería es quizás la más golpeada con los efectos invernales. El taponamiento de importantes canales de evacuación de aguas residuales produjo la afectación de miles de familias, especialmente en las zonas rurales cercanas a la ciudad.
Veredas El Faro 2 y 4, Las Babillas, California y Nuevo Horizonte completan cuatro días bajo las aguas y con riesgos de contraer enfermedades ante la inminente descomposición de pastizales.
Para atender la emergencia, la Alcaldía de Montería dispuso de tres máquinas que desde la noche del miércoles trabajan en la limpieza del canal conocido como Ranchos del Inat, el cual tiene al menos dos kilómetros de basuras que impiden el flujo normal de las aguas y que ocasionó el desbordamiento e inundación de las poblaciones aledañas.
El gobernador Orlando Benítez Mora llamó la atención de la ciudadanía ante las causas de las inundaciones que corresponden al taponamiento de los canales, debido a que los vecinos de los sectores cercanos arrojan desechos a la corriente.
«Hemos visto conductas desafortunadas por parte de la misma gente en el departamento. Contaminación, incluso neveras viajes, colchones tirados que obstaculizan el tránsito normal del flujo en cuanto al agua que debe transcurrir. Eso desde luego afecta porque colapsa y desborda el agua. Esas malas conductas de las personas hoy tienen al colectivo social en aprietos», puntualizó el gobernador.
De igual forma, expresó que los problemas que dejan los canales pluviales en Córdoba son estructurales y ameritan mejoras.
Al menos trece municipios de Córdoba fueron declarados en calamidad pública con un saldo de seis mil personas damnificadas, por las fuertes lluvias caídas en los últimos días. Entretanto, tres mil hectáreas de cultivo ya se encuentran bajo las aguas que empiezan a experimentar estancamiento y descomposición.
(Lea también: En Atlántico piden a alcaldes activar Consejos de Gestión del Riesgo)
El director de la Oficina de Gestión de Riesgos de la Gobernación de Córdoba, Aldrin Pinedo Sánchez, dijo que la grave situación ha obligado a solicitar la ayuda del gobierno nacional para atender a los damnificados, muchos de ellos evacuados a albergues temporales.
“Por afectación de lluvias y vendavales, tenemos a La Apartada, Canalete, San José de Uré, Los Córdobas, Tuchín, San Pelayo, Montelíbano, Buenavista, Montería, Puerto Libertador, Ayapel, Lorica y Cotorra», mencionó Pinedo como las localidades con mayores daños por las inundaciones.
Dentro del plan de atención se contempla la entrega de kits de alimentos, brigadas de salud y censo de daños en cultivos y patios productivos.
Montería es quizás la más golpeada con los efectos invernales. El taponamiento de importantes canales de evacuación de aguas residuales produjo la afectación de miles de familias, especialmente en las zonas rurales cercanas a la ciudad.
Veredas El Faro 2 y 4, Las Babillas, California y Nuevo Horizonte completan cuatro días bajo las aguas y con riesgos de contraer enfermedades ante la inminente descomposición de pastizales.
Para atender la emergencia, la Alcaldía de Montería dispuso de tres máquinas que desde la noche del miércoles trabajan en la limpieza del canal conocido como Ranchos del Inat, el cual tiene al menos dos kilómetros de basuras que impiden el flujo normal de las aguas y que ocasionó el desbordamiento e inundación de las poblaciones aledañas.
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El gobernador Orlando Benítez Mora llamó la atención de la ciudadanía ante las causas de las inundaciones que corresponden al taponamiento de los canales, debido a que los vecinos de los sectores cercanos arrojan desechos a la corriente.
«Hemos visto conductas desafortunadas por parte de la misma gente en el departamento. Contaminación, incluso neveras viajes, colchones tirados que obstaculizan el tránsito normal del flujo en cuanto al agua que debe transcurrir. Eso desde luego afecta porque colapsa y desborda el agua. Esas malas conductas de las personas hoy tienen al colectivo social en aprietos», puntualizó el gobernador.
De igual forma, expresó que los problemas que dejan los canales pluviales en Córdoba son estructurales y ameritan mejoras.
«Hemos mantenido nuestra condición de articular esfuerzos con los respectivos alcaldes. Vamos a hacer trabajos en el municipio de Tierralta, en Ayapel, según las solicitudes que nos han llegado», añadió Benítez.
Los ríos Sinú y San Jorge experimentan un aumento en el nivel de la corriente, poniendo en peligro a miles de habitantes ribereños, por lo que también fueron declarados en alerta amarilla.
De acuerdo con la alerta hidrológica del Ideam, existe probabilidad de crecientes en ambos torrentes.
“No se descarta un tránsito de onda de creciente en los niveles del río Sinú, lo cual podría generar desbordamiento en las planicies bajas. El Ideam recomienda a la población ribereña continuar atentos al incremento paulatino en los niveles entre los municipios de Cereté y Lorica, así como en la Doctrina y San Bernardo del Viento”, se lee en el reciente informe de la autoridad climática.
Agricultores piden ayudas
Álvaro Suescún es un agricultor de la zona rural de San Pelayo, donde el río Sinú abrió una ‘boca’ y arrasó con más de cien hectáreas de cultivo de maíz. Sin embargo, asegura que ninguna autoridad agrícola del departamento ha hecho las evaluaciones para establecer los daños que ha dejado el invierno.
Su parcela colinda con la de al menos cuatro labriegos que, basados en la rotación de cultivos, siembran maíz para ser recogido a finales de agosto.
Al menos 100 agricultores de la subregión del Bajo Sinú, que comprende los municipios de Cereté, San Pelayo, Lorica, San Bernardo del Viento y Cotorra, bañados por el río Sinú, acuden a los bancos a solicitar créditos para cultivar algodón y maíz durante todo el año.
«Se nos adelantó la cosecha, pero con agua incluida y eso lo que nos deja son pérdidas y no tenemos una mano del Gobierno que nos ayude a cancelar las deudas», dijo Suescún, tras pedir presencia de funcionarios estatales en las zonas inundadas.
EL TIEMPO