Un estudio en uno de los hospitales más grandes de Pretoria, Sudáfrica reveló que las tasas de internaciones, ocupación de camas de cuidado intensivo y muertes por Ómicron fueron más bajas en comparación con otras cepas.
Un estudio de pacientes infectados con Covid-19 en un gran hospital en la ciudad sudafricana donde se registró el primer brote de la variante Ómicron mostró una ola de infección que se movió con una «velocidad sin precedentes» y causó una enfermedad mucho más leve que las variantes anteriores.
Eso podría ser una indicación de que la pandemia está llegando a su fin, dijeron los investigadores que analizaron datos en el Hospital Académico Steve Biko en Pretoria. Los datos de Sudáfrica, el primer país en tener un brote importante de Ómicron, han sido seguidos de cerca para ver cómo las infecciones por la variante pueden desarrollarse a nivel mundial.
«Si este patrón continúa y se repite a nivel mundial, es probable que veamos una disociación completa de las tasas de casos y muertes», dijeron los investigadores. Eso sugiere que «Ómicron puede ser un presagio del final de la fase epidémica de la pandemia de Covid, marcando el comienzo de su fase endémica».
El estudio mostró que sólo el 4,5% de los pacientes con Covid-19 murieron durante su estadía en la ola actual, en comparación con un 21% en brotes anteriores, de acuerdo a un comunicado en el sitio web del Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica. Menos personas ingresaron en unidades de cuidados intensivos y las estadías en hospitales fueron «significativamente más cortas».