Llega el 8 de marzo y como todos los años, son muchos los que se disponen a buscar en Google cuál es la mejor manera de felicitar a las mujeres de su vida: a sus madres, a sus hermanas, a sus mujeres y novias, a sus amigas y a sus compañeras de trabajo. Se buscan tarjetas de felicitación, imágenes que compartir a través de WhatsApp o frases, frases célebres, frases bonitas, frases de mujeres. Pero es importante tener en cuenta que una fecha como es el Día Internacional de la Mujer no es algo que se celebre, sino que es una lucha que se conmemora, por lo que es vital conocer el origen de este día.
Mucho se escribe sobre una presunta marcha de mujeres en Nueva York el 8 de marzo de 1857: en algunos lugares se menciona una manifestación llevada a cabo por costureras, en otros simplemente por mujeres que decidieron salir a la calle; en algunos comentarios y textos publicados, sin plena veracidad, se dice que se luchaba por la jornada de diez horas, en otras, por la igualdad salarial; en ciertos puntos se dice que hubo represión policial contra las mujeres, en otros que era una jornada primaveral, en los de más allá, un día de nieve. Sin embargo, no existen archivos oficiales ni documentos de la prensa que ratifiquen que tal día existió esa marcha.
En ‘El mito de los orígenes, a propósito de la jornada internacional de las mujeres’, publicado en la revista francesa ‘La Revue d’En Face’ en 1982, se explica cómo no existe ninguna mención a esta fecha entre las líderes del movimiento feminista socialista internacional que tomó la iniciativa de la creación del 8 de marzo. «La fecha no aparece hasta que se la comienza a ve en la prensa comunista francesa en la década de los cincuenta», señala. Pero entonces, ¿cuál es el origen del día 8 de marzo como jornada internacional de las mujeres?
Durante la segunda Conferencia Internacional Socialista de Mujeres, celebrada en agosto de 1910 en Copenhague, se adoptó la necesidad de organizar, cada año, una jornada por las mujeres. Fue una iniciativa de Clara Zetkin, comunista alemana que abandonó su país tras la prohibición del Partido Socialdemócrata. Desde Francia y Suiza escribió literatura de forma clandestina, y a su vuelta a suelo germano, fue la editora de ‘Die Gleichleit’ (‘Igualdad’), un periódico de mujeres socialistas. Zetkin quiso replicar la iniciativa del colectivo femenino socialista estadounidense que a partir del año anterior (1909) decidió organizar, el último domingo de febrero, una jornada nacional por la igualdad de los derechos cívicos.
En la capital danesa se eligió la acción, pero no la fecha. Fue la dirección del partido socialdemócrata alemán el que fijó el primer Día Internacional de las Mujeres el 19 de marzo de 1911, una fecha que no estaba escogida al azar: los socialistas germanos celebraban en estas fechas la revolución alemana de 1848 —la ‘Revolución de Marzo’— y el inicio del conflicto que luego se conoció como la ‘Comuna de París’, y cada año ‘Die Gleichleit’ pedía a las mujeres que se unieran a las manifrstaciones. Este primer Día Internacional de la Mujer se celebró en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, donde más de un millón de personas se sumaron a las marchas. Las reivindicaciones eran las lógicas: el derecho al voto, el derecho a puestos en la Administración pública, el fin de la discriminación.
Primeros años, sin fecha fija
Durante la Primera Guerra Mundial las marchas del Día Internacional de la Mujer se convirtieron en un mecanismo de protesta y en 1917 Rusia se convirtió en protagonista: la conocida como la ‘Revolución de febrero’ —que, en realidad, fue en marzo—, que arrancó con una manifestación del Día de la Mujer en Petrogrado (ahora San Petersburgo), acabó provocando la caída del Imperio zarista. Días después, el zar abdicaba y el 19 de marzo de 1917 Rusia aprobaba el sufragio femenino.
No es hasta 1975 cuando la Organización de Naciones Unidas oficializa, durante el Año Internacional de la Mujer, el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Ahora, acabar con la desigualdad es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se fijaron desde la ONU en 2015 y que tendrían que alcanzarse en 2030: el punto número cinco tiene como objetivo «poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas», ya que esto no solo es un «derecho humano básico» sino también «es crucial para acelerar el desarrollo sostenible».
El 8 de marzo de 2018 llega en un momento de especial desarrollo de la lucha feminista: ha sido un año en el que se ha registrado una importante oleada de denuncias de acoso sexual en la industria del cine —con movimientos como el #MeToo o el Time’s Up—; un año en el que el feminismo en el deporte se ha empezado a reivindicar, con selecciones nacionales masculinas luchando por la igualdad salarial para las selecciones femeninas; un año en el que muchas personas han descubierto el concepto de sororidad; y de un año en el que cada vez se ha extendido más la visión de que si la mujer se para, se para el mundo.