El pontífice los invitó a tener una palabra amable con sus clientes, pero pidió no caer en la tentación del rumor.
“Ejerzan la profesión con un estilo cristiano, tratando a los clientes con amabilidad y ofreciéndoles siempre una palabra agradable y de aliento, pero evitando ceder a la tentación de los chismes que llegan fácilmente en su ambiente», aseguró Francisco.
El papa hablaba a una delegación de peluqueros y esteticistas miembros del Comité de San Martín de Porres, a los que pidió seguir el ejemplo de ese monje dominico peruano considerado como su santo patrón.
Martín de Porres (1579-1639), también llamado Martín de la Caridad, nació de la unión ilegítima entre un noble español y una exesclava peruana negra.
Formado en el arte de la barbería, una función que en la época abarcaba la curación de heridas y hasta la cirugía, era conocido por su talento y su bondad.