Donald Trump aprieta el cerco contra las personas trans en el país. El presidente estadounidense ha firmado una orden ejecutiva que establece las bases para una eventual prohibición de las personas trans en el ejército. El mandatario patologiza a las personas trans –comparando su identidad con un problema mental– y ordena a su titular de Defensa, Pete Hegseth, que revise las políticas sobre las personas trans y presente el resultado en 60 días. «El servicio militar debe reservarse para aquellos que estén mental y físicamente aptos para el deber», afirma el presidente.
«Expresar una identidad de género falsa que difiera del sexo de una persona no puede cumplir con los rigurosos estándares necesarios para el servicio militar –expone el texto–. Más allá de las intervenciones médicas hormonales y quirúrgicas implicadas, adoptar una identidad de género que no se corresponde con el sexo de un individuo entra en conflicto con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable, verdadero y disciplinado, incluso todo en su vida personal. La afirmación de un hombre que es una mujer, y su exigencia de que otros respeten esa falsedad, no es consecuente con la humildad y la abnegación requeridas de un miembro del servicio».
Trump no sólo sienta las bases para una prohibición total de las personas trans en el ejército, sino que alimenta aún más el estigma sobre el colectivo, que todavía lucha por su despatologización. hasta 2018 que la OMS dejó de considerar la transexualidad como un trastorno mental.
No se sabe un número exacto de cuántas personas trans hay ahora mismo en las fuerzas armadas. Según un análisis de datos del departamento de Defensa, realizado por el Palm Center, en 2019 había 8.980 personas trans en activo.
El decreto también ordena acabar «inmediatamente» con el uso de los pronombres personales que no se correspondan con el sexo biológico al nacer. Asimismo, establece que en los próximos 30 días, las mujeres trans tendrán que dejar de utilizar o compartir «instalaciones para dormir, cambiarse o bañarse designadas para mujeres», y los hombres trans tampoco podrán utilizar aquellas instalaciones destinadas a los hombres cisgénero. El reverso de esta medida sugiere que las mujeres trans tendrán que compartir espacios con los hombres cis, al igual que los hombres trans tendrán que compartir espacio con las mujeres cisgénero.