En una de las ciudades de Libia, Trípoli, un perro callejero halló una bebé que se encontraba abandonada en una bolsa de basura. Con su hocico, el canino tomó la envoltura y caminó algunas cuadras hasta que recibió ayuda de un peatón que intervino, inmediatamente, al escuchar el llanto de la menor.
Sin pensarlo dos veces, el ciudadano tomó a la menor, que llevaba tan solo unos meses de nacida, y la trasladó al Hospital Gubernamental de Trípoli, donde recibió la atención necesaria para conocer su estado de salud.
Tras la llegada de la bebé al centro hospitalario, se difundieron algunas fotografías en redes sociales que evidenciaban daños físicos que había padecido la pequeña criatura. Algunos moretones y abrasiones en su cuerpo fueron indicios de que la recién nacida sufrió de maltrato.
Aunque la integridad física de la menor no se encontraba en las mejores condiciones, los médicos determinaron que no había gravedad alguna y que solamente se encontraba deshidratada, por lo que aún sigue recibiendo atención médica en el centro de salud, y se espera que pronto recupere su vitalidad.
El acto emotivo que tuvo el canino hacia la recién nacida ha sido ejemplo de admiración, pues su nobleza y deseo de cuidar a la menor en una condición de vulnerabilidad ha sobresalido como un acto heroico.
No obstante, dicho acontecimiento no solo generó un profundo agradecimiento por el can, sino también puso en ‘alerta roja’ la problemática de abandono de los menores de edad en la zona. Mientras las autoridades dan con el paradero de los responsables de lamentable hecho, varios activistas de los derechos infantiles exigen que se haga justicia para la recién nacida.
