Sandra del Pilar, una mujer de 52 años se encuentra privada de su libertad en la cárcel de El Buen Pastor en Bogotá. Según su testimonio al medio de comunicación City Tv, hace unos años la llamaron del colegio de su hijo para comentarle que el niño se había desmayado, situación que ella reconoció que fue debido al hambre, ya que económicamente no la estaban pasando bien.
Por tal motivo, fue a un supermercado, tomó un pollo asado y no lo pagó. En ese momento se encontraba junto con su esposo e hijo. Al hacer esto, los guardas de seguridad observaron el robo y llamaron a la Policía para denunciar lo sucedido. Ellos fueron conducidos a la URI de Paloquemao, duraron unas horas, pero luego fueron dejados en libertad.
Pasó el tiempo y su economía mejoró, Sandra empezó a vender empanadas, desayunos, almuerzos, lasañas, comidas para quince años, fiestas y demás eventos en el sector de Mazurén, sin embargo, una mañana le cambió la vida por completo. En un proceso de rutina por parte de la Policía, le solicitaron la cédula a ella y a su esposo, en ese instante el agente les ordenó que vinieran con él.
La pareja recibió este llamado con sorpresa y el Policía les comentó que tenían un llamado con la justicia por haber efectuado un robo con un menor de edad y que tenían una notificación por una pena de prisión de 13 años y 8 meses.
Sandra del Pilar lleva cuatro años en la cárcel de mujeres y su esposo en La Picota de Bogotá pagando una alta condena. En este tiempo privada de su libertad se ha desempeñado como profesora y es representante de los Derechos Humanos. Por otro lado, el hombre se encuentra en una situación delicada de salud y solamente se pueden ver una vez al mes por 50 minutos.
Su hijo, ya tiene 17 años y anhela el momento en que puedan estar de nuevo juntos. “No va a pasar ni un solo día de que no luche por mi libertad, no se me hace justo estar aquí”, dijo Sandra en la entrevista