Con globos blancos y rosados que adornaron la ruta que recorrió el pequeño féretro, en donde reposaba el cuerpo de la pequeña Salomé Segura Vega desde la funeraria hasta el cementerio del municipio de Garzón, familiares, amigos y comunidad en general le dio el último adiós a la niña de cuatro años, que fue secuestrada, golpeada y violada por un sujeto a quien las autoridades han identificado como Sebastián Mieles, en hechos ocurridos el pasado 29 de junio en la vereda Puerto Alegría.
Pese a que desde la Alcaldía de esta población conocida como la ‘Capital Diocesana del Huila’, se había invitado a brindar un acompañamiento con velas blancas y a elevar plegarias por la familia de la pequeña y de los niños violentados en el departamento y país, desde las casas, los garzoneños salieron con tapabocas y sosteniendo globos para mostrar su solidaridad con los padres de este ángel, como muchos han preferido llamar a la niña que lamentablemente se convierte en el nuevo rostro de la violencia en contra de los menores de edad en Colombia.
Fueron cientos de personas a lado y lado de la vía principal, quienes observaban con impotencia a una madre y a un padre totalmente destrozados, así como al resto de los familiares embargados por la tristeza.
El recorrido finalizó en la capilla del cementerio de Garzón en donde la Policía cerró las puertas, para sólo permitir el ingreso de la familia y evitar que en este recinto se presentaran aglomeraciones.
Allí luego de una sentida eucaristía que estuvo ambientada por la canción “si vuelan los ángeles en este lugar”, se recordó la alegría y la luz que irradiaba en todas las personas que tuvieron la oportunidad de conocer a la pequeña Salomé.
Mientras las honras fúnebres de la niña se llevaban a cabo, el presunto responsable de esta barbarie, tuvo que ser conducido a otro sitio de reclusión, debido a que las autoridades conocieron sobre un posible plan, para atacar al hombre, que ha despertado la furia de la comunidad.