Es imposible olvidar aquel 20 de enero, en el que murieron más de 500 personas por la caída de los palcos
“Eso fue una cosa dantesca”, dice Víctor Santos Espinoza, periodista sincelejano, quien recuerda la historia como si fuera ayer
Esa tarde llovida del 20 de enero de 1980 quedó en la mente no solo de este veterano comunicador, sino también, en la de muchos asistentes que presenciaron como la estructura de madera se caía como especie de “naipes”
Pero la llovizna no fue impedimento, para que el público amante de la fiesta brava, llegara a presenciar la tarde de toros, y no era para menos, se trataba del 20 de enero, día que representaba una de las fiestas más grandes del país “el dulce nombre de Jesús”. Ese día, los palcos construidos en la Plaza Hermógenes Cumplido, estaban a reventar, “no cabía una alma más”, a pesar que la torada no sería del reconocido ganadero Arturo Cumplido Sierra, quien históricamente acostumbraba a soltar sus animales en la plaza del toro bravo. Pero el exceso de público en la corraleja hecha con madera hizo que el terreno cediera
A Santos Espinoza, no se le olvida que esa tarde de enero, hace 38 años hoy, el ambiente de alegría en los 9.167 metros cuadrados de la imponente plaza de tres pisos, se convirtió en tristeza y dolor, luego de la tragedia
El caos se apoderó de la ciudad que no estaba preparada para un acontecimiento trágico como este
El desespero de la gente, buscando a sus familias y la mirada fija de 4 toros en el redondel, que parecían confundidos en medio de este drama, son otra de las cosas que se mantienen en la mente de Víctor
“En ese momento no pude entender porque los toros no atacaban a la gente, pero poco tiempo después, comprendí que no lo hicieron por el intenso olor a sangre que se esparcía en el lugar”, expresa un poco nostálgico, Santos Espinoza
El 20 de enero de 1997, 17 años después de haber sido suspendidas las corralejas, a raíz de la caída de los palcos, el entonces alcalde Albero Gómez Revollo, autorizó que se hicieran minicorralejas, desde esa fecha y hasta el año 2013 se mantuvo la tradición
En el 2014, el alcalde Jairo Fernández Quessep, anunciando pocas garantías de seguridad, negó el permiso para efectuar la fiesta brava. Este año, tampoco autorizó dicho evento, porque quienes proponían organizarlo no cumplían con algunos requisitos legales para su realización
“Si el pueblo de Sincelejo tuviera memoria, nunca más hubieran vuelto a hacer las corralejas”, expresa un ciudadano que camina por la calle y, escucha comentarios de esta costumbre que para algunos debería volver
Es así, como hoy 20 de enero, finalizan las festividades que en vez de toros, tienen un nuevo ingrediente denominado “festival enerino de las artes”.