Finalmente, se confirmó lo que todo el mundo sospechaba. Un esperadísimo examen de ADN certificó que el padre del bebé que tuvo una mujer de 35 años es del alumno de 13 años, a quien le daba clases particulares de inglés.
La noticia fue el epílogo de un escándalo que, desde hace días, conmueve a la ciudad de Prato, cercana a Florencia, en el centro de Italia. Es allí donde la mujer, que trabaja como enfermera, fue acusada por la familia de su alumno -hijo de una familia amiga-, de violencia sexual contra un menor.
Más allá de que el examen de ADN, que se realizó cruzando los datos del bebé, su madre y el adolescente, confirmó la paternidad del alumno. La fiscalía de Prato hizo saber que aún queda mucho por aclarar en este asunto digno de película, que tuvo gran repercusión en Italia.
En particular, deberá intentar descubrir a cuándo se remonta la primera relación sexual entre la profesora y el alumno, algo clave desde el punto de vista de las consecuencias legales: el responsable de un acto sexual, aunque consensual, con un adolescente que aún no cumplió 14 años, de hecho, es castigado con la misma pena prevista para la violencia sexual.