Un presunto caso de falso positivo ocurrió el pasado lunes 25 de julio en el corregimiento Chochó, zona rural de Sincelejo, Sucre.
En un operativo de la Policía, murieron tres jóvenes, sindicados de participar en el homicidio del patrullero Diego Felipe Ruiz Rincón. Las primeras informaciones señalan que los tres adolescentes se encontraban en una vía cercana al lugar en el que murió el uniformado, donde acostumbraban practicar motociclismo.
Tras la acción armada contra el patrullero, la Policía realizó una operación candado, en búsqueda de los responsables. Entonces, los agentes llegaron hasta el punto donde se encontraban los jóvenes, que intentaron huir. Uno de ellos resultó herido.
Según el testimonio de testigos, los jóvenes fueron subidos a una patrulla con vida, supuestamente para trasladar al herido a una clínica. Horas más tarde, aparecieron los tres muertos.
Para la comunidad, este puede ser un caso de homicidio contra civiles, pues las víctimas, según ellos, no estaban involucradas en el homicidio del patrullero sino realizando piques ilegales.
Tras la grave acusación, la Policía envió un equipo de la Inspección General, el cual tomó la decisión de suspender a ocho uniformados mientras avanzan la investigación de la Fiscalía General de la Nación.
Esta semana, Medicina Legal luego de realizar la necropsia a los cuerpos de Carlos Ibáñez, Jesús David Díaz y José Carlos Arévalo reveló que:
«A José Carlos le amputaron las dos manos, a Jesús David le cortaron las uñas y le arrancaron la oreja que nunca apareció, la otra oreja se la arreglaron en medicina legal y se la dejaron más abajo de lo normal, es ahí donde los familiares se dan cuenta. En cuanto a Carlos Alberto, le sacaron un ojo, tenía toda la cara desfigurada y estaba sin dientes».