Por Erasmo Zuleta Bechara
«Pagamos la luz o compramos la comida», un dilema que se ha arraigado en el Caribe colombiano y nos obliga a enfrentar una realidad desgarradora. Este no es solo un problema económico, es un grito colectivo que surge de la incertidumbre de miles de hogares que, pese a vivir en una región generadora de energía, no saben si destinar sus recursos a pagar el servicio eléctrico o garantizar la alimentación básica.
En este contexto, nos preguntamos: ¿de qué sirve el gran potencial minero energético de nuestro territorio, si esa riqueza no se traduce en bienestar para su gente? ¿De qué sirve tener un departamento como Córdoba generando mucha de la energía que consume en el país, si hoy el pueblo no sabe si pagar el servicio de energía, pagar el arriendo o comprar la comida?
Por eso, desde que nos embarcamos en el reto de trabajar por Córdoba decidimos levantar la voz, porque creemos que es momento de actuar y buscar soluciones tangibles. Con esa motivación radiqué personalmente una carta con una petición formal al Presidente de la República, Gustavo Petro: que las empresas generadoras de energía de la región, particularmente Urrá y Gecelca, demuestren un mayor compromiso y solidaridad con las comunidades y la tierra que les proveen los recursos naturales necesarios para su operación.
Proponemos una cesión accionaria que permita no solo recibir parte de las utilidades generadas por estas empresas, sino también hacer inversiones sociales significativas y otorgar subsidios a los usuarios del servicio en la región para bajar el costo de la factura. Queremos que zonas como el sur de Córdoba, donde estas empresas tienen asiento, tengan un impacto positivo con esta participación y que compense el aprovechamiento de sus recursos naturales.
Este no es solo un llamado a la solidaridad, sino también a la responsabilidad compartida entre el Gobierno Nacional y las empresas públicas generadoras de energía. La riqueza de nuestra región debe reflejarse en un bienestar real para nuestra gente, y la cesión accionaria es un paso concreto hacia esa meta.
En momentos en que se habla de paz a nivel nacional, es imperativo resolver las tensiones y dificultades diarias de quienes, hoy más que nunca, se ven obligados a elegir entre servicios esenciales y necesidades básicas. Además, enfrentamos la dureza del fenómeno del Niño, que aumenta las temperaturas y ocasiona sequías, contribuyendo al elevado costo de las tarifas. La columna vertebral de cualquier agenda de paz debe ser la garantía de una calidad de vida digna para todos los ciudadanos.
La región Caribe clama por justicia y solidaridad, y es hora de responder con acciones concretas y soluciones inmediatas.
Gobernador de Córdoba.